viernes, 16 de enero de 2009

Un hálito gótico en la literatura colombiana

Dentro de la literatura colombiana son pocos los escritores que se han embarcado en las huestes de lo gótico y lo terrorífico. La violencia se ha convertido en el tema predominante de nuestras letras trayendo con sigo otros horrores, no menos palpables. Sin embargo, encontramos algunos escritores que se han aventurado en los espectrales caminos del terror y lo fantástico, si bien, no de manera exclusiva, si podemos mencionar narraciones de una notable calidad.

Un halo definitivamente gótico perdura en la solemne obra del cartagenero Germán Espinosa (1938-2007). Avezado escritor, tuvo que esperar varios años para que pudiera convertirse en un autor de culto. Su obra, de una particularidad y un trabajo magistral, paso muchos años bajo el manto dominante de lo subrepticio, solo hasta ahora esta empezando a reconocerse y apreciarse. Desde sus primeros relatos en La noche de la trapa, Espinosa elude todo el costumbrismo y el regionalismo dominantes y se avecina a escribir sobre otros temas que van desde la trama detectivesca hasta lo insólito, lo fantástico y la ciencia ficción. La demonología y brujería son temas primordiales que abordó en su narrativa, ejemplo de ello es su novela Los Cortejos del diablo que además de un esbelto juego con el lenguaje, entreteje toda la usanza y la superstición de la inquisición española a manos del inquisidor general Juan de Mañozga y la sociedad Cartagenera del siglo XVII, mezclada con un humor solemne y una riqueza cultural, características de la escritura y la erudición universal de Espinosa que nunca llega a ser presuntuosa; temas que son abordados igualmente en una de las novelas cumbres de la literatura colombiana: La tejedora de coronas.

Publicada en 1982, “La tejedora” es una espléndida historia que nos inmiscuye en un recorrido por el siglo de las luces a través del monologo de la erótica Genoveva Alcocer, una criolla cartagenera que emprende un viaje por Europa y posteriormente por Norteamérica, donde participa con diferentes personajes relevantes de la ilustración. Sensual, científica y filosófica, en esta novela el escritor juega soberbiamente con la poesía y el lenguaje, en la cual encontramos un pasaje que parodia a la naciente novela gótica de este siglo, en un viaje que Genoveva realiza a Alemania instalándose en un castillo donde aparecen todos los componentes góticos que nos recuerdan las mejores narraciones de Horace Walpole y Ann Radcliffe, que de manera recurrente Espinosa utiliza en La balada del pajarillo, otra de sus admirables obras.

Así mismo, bajo la fascinación que a Espinosa le producían los relatos de Poe y Lovecraft, escribió el libro de cuentos Romanza para murciélagos, igualmente con un umbroso toque estilístico que rebasa los limites de la realidad y lo fantástico, mostrando y franqueando otros linderos temáticos en la narrativa colombiana, sendas similares que también recorrió el viajero, escritor y cineasta René Rebetez (1933-1999).

Nacido en Subachoque (Cundinamarca), Rebetez es considerado el padre de la ciencia ficción en Colombia junto con el escritor Antonio Mora Velez, curiosa y lamentablemente tanto la obra de uno como de otro no es muy conocida.

Lector y viajero insaciable, Rene Rebetez recorrió diversas partes del mundo recogiendo experiencias y filosofías que lo llevaron a escribir desde ensayos y libros de mística, esoterismo y pseudociencia hasta relatos fantásticos, de ciencia ficción e inclusive de terror. Lector de Stevenson, Verne, Sturgeon, Bradbury, Asimos, Huxley, Arthur C. y del mismo Lovecraft, junto con Alejandro Jodorowsky en México fundaron la revista Crononauta, primer espacio literario Latinoamericano dedicado a la ciencia ficción, comparable a la Weird Tales donde Lovecraft publicó la mayoría de su obra. Entre sus obras más destacable se incluyen Los ojos de la clepsidra, La nueva prehistoria, Ellos lo llaman amanecer y otros relatos y Cuentos de amor, terror y otros misterios; este último libro de relatos nos muestra algunos de los más alucinantes y representativos de su obra.

Paradójicamente, como un designio de los dioses, el primer escritor de ciencia ficción de Colombia no alcanzó a ver el siglo XXI, murió el 30 de diciembre de 1999 en la isla de Providencia a solo dos días del nuevo milenio.

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Son innumerables los autores y la tinta omitidos en este ensayo, valdría más de una publicación para consignarlos a todos. Lo que si podemos reafirmar es que el miedo, siendo la emoción más antigua y más intensa de la humanidad, conmueve, cautiva y aprehende, carcome los huesos y a la vez fascina. La literatura de terror, con todas sus características ya mencionadas, es una herramienta eficaz a la hora de capturar al lector, de encontrarlo y enfrentarlo no solo con la hoja blanca, pálida como el fantasma de La Mare, si no con toda la cosmogonía de letras, autores y mundos, dejando siempre la sensación de esa búsqueda infinita de lo fantástico y horripilante de la otrora realidad, esa que solo se consigue al pasar una página.

HENRY ALEXANDER GÓMEZ

Bibliografía

  • Lovecraft, Howard Philips. El horror en la literatura. Madrid: Editorial Alianza, 2002.
  • Negroni, María: Museo negro. Buenos Aires : Norma, 1999
  • Los mitos de Cthulhu. Madrid: Editorial Alianza, 1978.
  • Relatos fantásticos. Barcelona: Editorial Vicens Vives, 1999.
  • Hoffmann, Ernst Theodor Amadeus. Cuentos II. Madrid: Editorial Alianza, 1986.
  • James, Montague Rhodes. Cuentos de fantasmas. Madrid: Editorial Siruela, 1988.
  • Lovecraft, Howard Philips. En la cripta. Madrid Editorial Alianza, 2001.
  • Lovecraft, Howard Philips. El clérigo malvado y otros relatos. Madrid: Editorial Alianza, 2001.
  • Poe, Edgar Allan. Cuentos. Barcelona: Editorial Planeta, 1983.
  • Scott, Walter. La habitación tapizada y otros relatos, Editorial Valdemar. Madrid, 2002.
  • Cuentos fantásticos del siglo XIX. Madrid,: Editorial Siruela, 1988.
  • El libro de los vampiros. Barcelona: Editorial Fontamara, 1982.·

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