“Quiero poner
en mi contra a toda la raza humana. Haré que mi cólera respire por los libros
que provoquen horror".
Charles Baudelaire.
El
terror se ha apoderado (literalmente) de la ópera. El polen satánico de las
flores de Baudelaire barniza cada nota musical de una Hécate que sueña con
crear su propio y negro universo. Diamanda Galás ha sepultado las oscuras
cicatrices del silencio en la sombra de su propia voz…
1857
es una fecha vital para la literatura europea y universal. Dos grandes obras
escandalizaban a Francia, dos óperas bañadas por la noche solar transgredían
los valores del establecimiento. Por un lado Gustave Flaubert publicaba su
libertina Madame Bovary y por el otro
Charles Baudelaire sembraba el germen de la poesía simbolista con su libro Las flores del mal. Conjurados por las
autoridades de la moral, los dos libros fueron procesados y enjuiciados.
Flaubert y su editor Maxime Du Camp saldrían victoriosos, y con ello,
solidificaban las pilastras del realismo literario. No sería la misma historia
con Las flores del mal que tuvieron que esperar hasta 1949 para emerger a la
luz con una edición completa.
Acusados
de obscenos, los poemas de Baudelaire mutaban la estética romántica del sueño
para volcarse a una realidad mucho más cercana y palpable. La belleza era ahora
transmitida por el pecado y las pasiones sombrías del hombre; era lo maligno,
lo feo, lo grotesco y todo aquello que la sociedad repugnaba, lo que alimentaba
su tempestad poética. Una carroza de criaturas funestas deambulando por las
sucias calles parisinas.
Precisamente
es de esta metamorfosis del mal de la que se nutre el primer trabajo
discográfico de la cantante norteamericana Diamanda Galás, una de las artistas
más polémicas y transgresoras de la actualidad. Poseedora de una voz extrema y
sugestiva, desde un comienzo, Galás ha demostrado un talento innato y asombroso
para hacer música. Su labor no sólo deslumbra con su canto o como pianista,
sino también en la composición de temas y en la creatividad a la hora de
construir performances. Sus incursiones van desde la ópera y la música clásica
hasta el rock, el blues, el jazz y el pop.
Pero
tal vez lo más interesante de esta Hécate de la música es el tono único de su
voz y las diversas técnicas y experimentos vocales que utiliza en sus
canciones. Como un aullido proveniente de las tres orillas de la noche, su
acento es capaz de causar un auténtico horror, es un canto que no puede tolerar
todo el mundo, un ladrido que desgarra el aire que lo circunda. Incluso cuando
la escuchamos, tenemos la sensación de que canta no sólo una persona sino dos;
como una llama doble, la voz siamesa de Diamanda Galás despedaza, de una manera
maravillosa, al ser que la oye. Se necesitan igualmente dos oídos pares para
lograr entenderla.
The Litanies
of Satan,
este enorme homenaje a Baudelaire y sus flores perversas, apareció por vez
primera en forma de concierto en 1982. Existe otra versión en estudio del año
1989. El álbum abarca sólo dos canciones de 12:04 y 17:46 minutos
respectivamente. En el primer corte escuchamos una versión musicalizada del
poema “Las letanías de Satán”, en una serie de experimentaciones con las voces
operísticas de Galás y arreglos de sintetizador.
El
segundo corte, “Wild Woman with Steak-Knives” (Mujeres salvajes con cuchillos
para carne), es mucho más opresivo. Escuchar este tema es como adentrarnos en
una infernal mansión de ruidos estridentes y diabólicos. La voz de Galás se
hace más belicosa y agresiva. Es allí cuando impacta lo que conocemos
concretamente como el alma.
En
el mundo de Diamanda Galás estamos destinados a arder con música, no con fuego.
La ópera, como en Gaston Leroux, vuelve a ser ese castillo donde un ser
abandonado a la penumbra hila melodiosamente su pena. La oscuridad es también
la luz más brillante.
Por Henry
Alexander Gómez
Promotor
de lectura y escritura
Biblioteca
Pública Parque El Tunal
Diamanda
Galás, The Litanies of Satan - Reino
Unido - 1982, 1989.
Canciones:
1. The
Litanies of Satan
2. Wild Woman
with Steak-Knives
Integrantes:
Diamanda
Galás / Vocals, Tape, Effects
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