El
castillo gótico ha bañado en sombras fúnebres, desde sus inicios, el ingenio
cinematográfico. Clásicos como El Golem
(1915) de Paul Weneger, Nosferatu (1922)
de Friedrich Wilhelm Murnau, o El
fantasma de la opera (1925) de Rupert Julian, así lo demuestran. La
gangrena efervescente de la noche gótica aplaca el código de la razón y
conmueve al público siempre ávido de sangre.
He
visto varias veces la antología francesa Peur(s)
du noir (Miedo a la oscuridad).
Una pieza en la que se combinan dos artes no fáciles de emparentar con éxito:
el terror y la animación. Las alianzas entre la belleza y lo oscuro siempre son
asombrosas. En blanco y negro, algunos de los mejores artistas del comic y la
ilustración (Blutch, Charles Burns, Marie Caillou, Pierre Di Sciullo, Lorenzo
Mattotti y Richard McGuire) unen esfuerzos y talentos, y consiguen sacar a la
luz otra pieza más para la galería de las historias del horror.
Las
imágenes, las ilustraciones y toda la parte visual son estupendas. Cada corto,
según su creador, tiene un estilo de animación propio. A cada historia se le
otorga una serie de matices y rasgos, en una estética sombría, que hilvanan en
conjunto la opera macabra.
Bajo
los mejores trazos a lápiz, aparece un inhumano aristócrata y sus perros
asesinos, quienes son la partida e hilo conductor del argumento que se va
bifurcando en cada una de las historias: un tímido joven, estudiante y
aficionado a los insectos, conoce una sensual chica, pero es traicionado por
sus extraños especímenes; una niña japonesa se debate entre el sueño y la
vigilia acosada por una serie de fantasmas; un pueblo italiano es asolado por
una misteriosa bestia; un hombre se refugia de una tormenta de nieve en una
aterradora casa victoriana que es custodiada por el fantasma de una mujer
perversa.
De
todos los cortos, recomiendo especialmente el último. Dentro de los imaginarios
de la literatura gótica y en un excelente contraste de claro-oscuro, la ficción
logra crear una atmosfera realmente espeluznante que nos recuerda cuentos del
horror anglosajón como “La mansión de los ruidos” de M.P. Shiel, o “La gallina
ciega” de Russell Wakefield, o “La Casa espectral” de Ambrose Bierce. A esto se
le suma el gran manejo de efectos de sonido quienes, realmente, son los que
narran la historia.
La
oscuridad también es un don. El museo de lo negro no es asequible a cualquiera.
El miedo, “como la emoción más antigua de la humanidad”, sigue revertiendo el
cauce de la sangre, sigue siendo un virus latente en los estadios alterados de
la imaginación. Una vez más, el exceso de locura, los hijos de la noche, el
horror en su estado más líquido, logra conmovernos a través de Peur(s) du noir.
Por
Henry Alexander Gómez
Promotor
de lectura y escritura
Biblioteca
Pública Parque El Tunal
Peur(s) du noir
Director:
Blutch, Charles Burns, Marie Caillou, Lorenzo Mattotti, Richard MacGuire y
Pierre di Sciullo
Duración: 78
minutos
Guión: Jerry
Kramsky, Michel Pirus, Romain Slocombe, Blutch, Charles Burns, Pierre di
Sciullo
Reparto: Aure
Atika, Arthur H., François Creton, Guillaume Depardieu, Nicole Garcia, Louisa
Pili, Christian Hecq
País:
Francia
Año:
2007
No hay comentarios:
Publicar un comentario