jueves, 30 de junio de 2011

A media voz


Cómo un pájaro ciego que se aventura a surcar una tormenta de arena, nos sumergimos a diario en las profundidades de la red. De umbral en umbral, violando cercas, esquivando vallas publicitarias, y de una manera poco más o menos permisiva, recorremos páginas y portales. Y es en este trabajo matutino que de vez en cuando descubrimos un sitio, un lugar que nos acoge como un hogar de paso, como la sombra de un árbol o una trampa desplegada, que en definitiva nos atrapa y nos corrompe sin tener siquiera la intención de zafarnos.

Esto me ha pasado con A media voz, el mejor portal de poesía que conozco. Una página web en la que me sumerjo a diario, encontrando un montón de grandes poemas y autores de la literatura universal. En una selección minuciosa y con varias de las mejores traducciones, A media voz nos ofrece la lectura de escritores como Rimbaud, Baudelaire, Mallarmé u otros poetas simbolistas; las voces surrealistas de Antonin Artaud, René Char, o Robert Desnos; el canto oscuro de Georg Trakl, Georg Heym, Ernest Stadler y todo el grupo expresionista; los himnos y las odas románticas de Novalis, John Keats o Lord Byron; la poesía latinoamericana de Vicente Huidobro, Octavio Paz, Juan Gelman, o Eugenio Montejo; y varios de los mejores poetas colombianos como Luís Vidales, Fernando Charry Lara o la erótica Orietta Lozano. Sin necesidad de equipaje, podemos realizar un viaje, siempre sorprendente, por la poesía universal.

A media voz cuenta con dos secciones. La primera abarca cada uno de los poetas en orden alfabético. Sólo hace falta pulsar el link que lleva el nombre del poeta para leer en breve una biografía y la selección de sus poemas. La segunda sección funciona de igual manera, pero en ella encontramos los poemas en la voz de sus autores o en la voz de otros poetas.

“Quien se ha sumido en la poesía ya nunca se saldrá”, reza el verso de Vladimir Holan ­–ese gran poeta checo que también palpita en esta página, en la traducción de la poeta Clara Janés. Creo que el individuo que se desborde en este portal quedará anclado a sus páginas como una raíz sin tallo. Habrá de atarse a un mástil, como Ulises, para escuchar la lengua de los poetas y no caer en la locura. La poesía atrae poderosamente.

Y si de pronto nos encontramos con la poeta peruana Blanca Varela y pulsamos en su nombre, podremos leer ese maravilloso poema que lleva como título “A media voz”, para entender por qué esta página le hace un homenaje con su nombre. Podremos entender por qué la poesía es una hoja seca o un viento de ceniza; concluiremos que la lectura de un poema es abrigarse bajo la sombra de un pájaro de agua en una noche mestiza. "Nunca mis pupilas dilataron tanta noche" ha dicho el poeta Hugo Mujica.

No hay comentarios: